En sus instalaciones acoge diferentes espacios que aportan al visitante la posibilidad de disfrutar de una visita completa a través del mundo ecuestre, desde sus orígenes, en la prehistoria, hasta nuestros días. Desde el acceso, por la puerta principal del Recreo de las Cadenas, el visitante comienza a disfrutar del encanto y el frescor de los jardines que conducen hasta el edificio del palacio, diseñado por Charles Garnier (arquitecto de la Ópera de París o el Casino de Montecarlo), donde se puede admirar su arquitectura y la decoración de sus salones.
En los sótanos del edificio se ubica el Museo del Arte Ecuestre, un aula de conocimiento sobre el caballo, su historia y el arte ecuestre desde los tiempos mas antiguos.
En un edificio anexo, un antiguo complejo bodeguero, encontramos el Museo del Enganche, un lugar donde se custodian antiguos carruajes, con un aire romántico y mágico que nos transporta, nunca mejor dicho, a los vehículos de nuestro pasado sin motor.
La exhibición “Cómo Bailan los Caballos Andaluces” es la manifestación de su actividad más conocida popularmente pero, además, a través de la fundación, se desarrollan otros aspectos artísticos, laborales y de formación, que convierten a esta Institución en la herramienta perfecta para la conservación de la tradición de la cultura andaluza y el arte ecuestre.
En sus cuadras viven 120 caballos de Pura Raza Español que entrenan cada día, dirigidos por sus jinetes, siguiendo una disciplina rigurosa en su formación hasta alcanzar la excelencia de la perfección. Día a día conviven personas y caballos en una perfecta simbiosis que los convierte y unifica en una sola entidad.
La exhibición “Cómo Bailan los Caballos Andaluces”, se puede definir como un verdadero ballet ecuestre, las coreografías se acompañan con música clásica española y vestuarios de jinetes y caballos, engalanados a la usanza del siglo XVIII.
El repertorio se compone de cinco representaciones, todas ellas espectaculares, demostraciones de doma vaquera, doma clásica, exhibición de enganches, trabajos en la mano y para cerrar el espectáculo, el carrusel, un ejercicio de equitación perfecto, que demuestra la perfecta sintonía que existe entre jinete y caballo y que no es más que el reflejo de la excelente formación que reciben los caballos y la categoría de sus maestros.
Realmente es un espectáculo único que atrae a personas de todos los rincones del mundo y que afortunadamente, tras la crisis sanitaria del coronavirus, ha vuelto a abrir sus puertas al público.
Desde el 3 de julio se han reanudado las visitas y los espectáculos, de forma sanitariamente segura y con todas las medidas.
Una visita recomendable para todo tipo de público, dinámica, entretenida y a la vez didáctica y una exhibición ecuestre que es un verdadero regalo para los sentidos.